jueves, 9 de noviembre de 2006

TONANTZIN III

Supo que la batalla estaba perdida tan pronto como el sol apareció en el horizonte. Aun así, decidió encajar sus uñas en los últimos vestigios de esperanza. Fue inútil. ¿Por qué nuestro destino depende del de los demás? ¿Quién ha dictado tan absurda ley? Ha perdido. Sin embargo, nadie, nunca, la escuchará decir me rindo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿EN VERDAD NUESTRO DETINO DEPENDE DE OTROS? NO LO CREO...

Anónimo dijo...

Tampoco creo que nuestro destino depende del de los demás, literalmente hablando. Entiendo tu punto, pero yo mejor diría que nosotros nos dejamos influenciar por los demás y en consecuencia trazamos nuestro destino diferente a como lo habiamos planeado. Aunque planeación y destino no concuerdan para nada ¿cierto?

Anónimo dijo...

Por algo dican que la historia está llena de mentiras como esa frase del destino compartimos algunos caminos pero podemos mejorar el propio o no reinita.