sábado, 26 de septiembre de 2009

SUEÑOS QUE MUEREN

Una vez soñé con un negocio propio.
Era librería.
También renta para quien no pudiera o quisiera pagar.
Después evolucionaría a café.
La razón es obvia: libro + café = paraíso terrenal.
También sería galería.
Un día sería dedicado a cantautores.
Otro día nuevos poetas.
El miércoles de pintores.
Un viernes de artistas plásticos.
Había olvidado ese sueño.
Regresó con fuerza esta semana.

Pero cada vez que abro el libro de texto de Administración, materia en turno para la maestría, el sueño muere, muere, muere.