miércoles, 20 de junio de 2007

CONFESIONES

El 13 de agosto de 1999 cuando estaba frente a él respondiendo sus preguntas, yo escondía mis manos en mi pantalón, y cruzaba los dedos:
- ¡Por favor, que no me acepten!
No hubo rechazo.
- Pasa a cajas-, fue la orden.
Horas después, cuando avisé que me quedaba, estaba llorando.
Hoy me vi obligada a recordar esa fecha. De alguna forma, una parte de mi corazón sigue llorando, mientras que la otra sigue gritando de emoción. Ese día se convirtió en el último de mi infancia y el primero del resto de mi vida. ¿Cómo olvidar la fecha?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La principal obligación de un escritor, dijo García Márquez, es escribir todos los días, ¡chulita...! to-dos los dí-as... ¿de acuervo...?

SENU-SULI

Anónimo dijo...

Reina aunque regresaras a tu hogar esa fecha no la olvidarías marcó una nueva etapa en tu vida. Etapa para la que te preparaste cada vez que leias un libro.

Anónimo dijo...

pues yo no me acuerdo de la fecha pero hice examen en el ith y pense que quede que quede pero no quede jajaja y me regañaron mucho :(