sábado, 6 de junio de 2009

LOS OTROS

Regresé al salón de clases, alumna otra vez. Después de un descanso involuntario (debo admitir que sí lo disfruté), y después de confrontaciones burocráticas porque no había quién me informara sobre el primer día de clases, la materia de Didáctica inició el sábado 30 de mayo y con ella mi cuarto cuatrimestre. La clase la comparto con los compañeros de la Maestría en Matemáticas. Lo primero que llama mi atención es la personalidad de mis nuevos compañeros. Estoy acostumbrada a mis colegas de Educación, somos reflexivos y con tendencia a opinar, así como, a relacionar lo que nos dicen con la práctica diaria, compartimos anécdotas a manera de confesionario de sábado, que necesitamos relacionar la teoría con nuestra práctica diaria; guardamos silencio, apagamos celulares, estamos a tiempo en la clase, esperamos hasta los "breaks" para salir del salón, callamos cuando alguien más habla y escuchamos, sobre todo escuchamos. Diferimos de los otros. De ellos, que "murmullan", que se desesperan cuando uno de nosotros expresa inquietudes largas o reflexiones de cinco minutos, que contestan el celular en plena clase, que juegan con tapones de botella, que se avientan con papelitos, que llegan diez minutos después del fin del receso... no cabe duda que ellos, los otros, siempre serán la fuente de confictos. Y para ellos, yo soy la otra.

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