sábado, 13 de septiembre de 2008

FRENTE AL BAÑO

"-¿Me haces un favor?
-¿Qué pasó?
-¿Sabes escribir?
-Un poquito pero sé.
-¿Me escribes un recado?"

Quise llorar. Mezcla de tristeza y gozo. Tristeza por ser testigo de los extremos de la ignorancia. He escuchado las historias pero en mi pedazo de paraíso simplemente soy incapaz de imaginar qué situación vive alguien para no tener oportunidad de aprender a leer o escribir. Gozo porque yo sí tuve dicha oportunidad. Yo sí fui y sigo yendo a una escuela; tengo la oportunidad de mejorar mis destrezas. No me siento superior a esas dos mujeres que sin saber escribir sólo pueden lavar baños, barrer y trapear. Aun así, hoy valoro más lo que tengo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Generalmente vamos por la vida viendo hacia arriba, hacia los ganones, sin recordar que también hay perdedores... por eso, es muy buena terapia, volver los ojos de cuando en cuando, hacia abajo...Por último, recuerda que el compromiso es esciribr TODOS LOS DIAS, sin faltar uno...

Aisling dijo...

No me atrevería a mirar hacia abajo a una persona que lava los baños... una tarea para mí tan difícil, o barrer y trapear, dos cosas que odio y que de vez en vez tengo la suerte de que alguien haga por mí. Ok, fui a la universidad y me la paso leyendo libros y moviendo el cerebro, pero soy incapaz de encargarme del aseo de un edificio, cultivar mis propios alimentos o de torcerle el pescuezo al pollo que me voy a comer. ¿La labor de quién es más importante, más indispensable para la humanidad? Creo que la respuesta es obvia.

Los perdedores, dependiendo de las circunstancias, somos todos. Igual los ganadores.