Ahora sí... ahora sí tengo el clima templado propio del Guaymas Santo. Ya se fue el viento y sopla una brisa fresca muy agradable... no tendré que envolverme en cobijas. El café es delicioso. Comí tamales de elote salados, ¡riquísisisisisiisismos! y mi madre ya me puso a hacer ejercicios, así que desperté toda adolorida, cuando así se lo hice saber a la culpable, se burló y me gritó que soy una exagerada. Pasé dos horas platicando con mi familia. En fin, he vuelto a Guaymas.
martes, 18 de marzo de 2008
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1 comentario:
Reina me disculpas pero lo cotidiano no es rutina. La convivencia familiar es la vida misma no la definas como rutina.
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