I.
-¡Wey! Estás bajando mucho de peso.
-Ya sé, wey.
-¿Cómo le haces?
-Pues no estoy comiendo, wey.
-¡Qué padre!, tú sí tienes fuerza de voluntad.
II.
-N'ombre, si yo soy motelerísima... ;)
III.
-Entonces Licenciada ahí la veo a las once en punto.
-Sí, claro, aquí nos vemos alrededor de las once.
-¿¿¿??? Oookkk, entonces a las once.
-Hasta luego.
sábado, 21 de noviembre de 2009
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1 comentario:
Reina por eso se inventó la escritura para que no se olvide lo que se dijo. Es fácil abrir la boca y decir cualquier cosa pero que díficil esta escribirla y bien escrita por supuesto .
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