Existen seres humanos que viven aterrados, porque en cualquier momento serán desenmascarados. Es muy triste descubrirlos, ocultos detrás de una trinchera de mentiras. Cuando explotan, lo hacen en grande, y los que estamos cerca, no podemos evitar involucrarnos en su dolor. Cada poro de sus rostros exudan miedo: creerán que no sé y sí sé. La verdad es que no saben. Los demás podemos verlo; ellos, simplemente, no pueden aceptarlo.
No quiero terminar así. No quiero convertirme en ellos.
1 comentario:
Reina cada vez logras plasmar la vida cotidiana en ideas especiales para mi la realidad se debe vivir sin mentirnos ni a nosotros mismos es la felicidad que muchos nunca conocerán.
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